El Surgimiento de la Filosofía Moderna
Para la filosofía se utiliza usualmente el término “moderno” el período de tiempo iniciado aproximadamente en el siglo XVI, el cual desacreditaba a la filosofía escolástica y contenía movimientos intelectuales como el Renacimiento, la Reforma Protestante y la Contrarreforma, continuando hasta el siglo XVII, culminando en el siglo XVIII con la Ilustración.
El surgimiento de la filosofía moderna y el desvanecimiento de la filosofía escolástica, entonces, no pueden ser explicados señalando simplemente una doctrina o conjunto de doctrinas aparentemente novedosos.
Filósofos modernos como Descartes comenzaron a ingeniar sistemas filosóficos contrapuestos a las enseñanzas escolásticas y al tradicional método de hacer comentarios a las obras de Aristóteles.
Por su cuenta, la segunda generación de filósofos modernos ya se veía a sí misma en la encrucijada entre la filosofía cartesiana y la filosofía escolástica, junto con el neoepicureísmo del cura católico Pierre Gassendi. Al paso del tiempo, las discusiones filosóficas se llevaban a cabo teniendo como telón de fondo los desacuerdos entre empiristas y racionalistas, teniendo siempre en mente el trabajo de Descartes, Locke y Hume. Para el arribo de Kant a la historia de la filosofía, el término “escolástica” ya no refería a la obra de San Alberto Magno, San Buenaventura o Santo Tomás de Aquino, sino al de Christian Wolff.
Es común acreditar a Descartes como el padre de la modernidad. En efecto: pocos historiadores de las ideas negarían que fue Descartes quien fijó la agenda de la incipiente filosofía moderna. Numerosos elementos de las célebres Meditaciones pueden ser etiquetadas con el adjetivo de “moderno”, de manera que sirvan para contrastar con tesis de corte escolástico.
Entre estos elementos se encuentran el uso radical del escepticismo como herramienta para refutar al escéptico y unir nuevamente la epistemología y la filosofía de la ciencia, estrategia que produjo una filosofía de la ciencia basada en la epistemología; y el uso del cogito como primer principio del conocimiento.
~Johan Fuentes
El surgimiento de la filosofía moderna y el desvanecimiento de la filosofía escolástica, entonces, no pueden ser explicados señalando simplemente una doctrina o conjunto de doctrinas aparentemente novedosos.
Filósofos modernos como Descartes comenzaron a ingeniar sistemas filosóficos contrapuestos a las enseñanzas escolásticas y al tradicional método de hacer comentarios a las obras de Aristóteles.
Por su cuenta, la segunda generación de filósofos modernos ya se veía a sí misma en la encrucijada entre la filosofía cartesiana y la filosofía escolástica, junto con el neoepicureísmo del cura católico Pierre Gassendi. Al paso del tiempo, las discusiones filosóficas se llevaban a cabo teniendo como telón de fondo los desacuerdos entre empiristas y racionalistas, teniendo siempre en mente el trabajo de Descartes, Locke y Hume. Para el arribo de Kant a la historia de la filosofía, el término “escolástica” ya no refería a la obra de San Alberto Magno, San Buenaventura o Santo Tomás de Aquino, sino al de Christian Wolff.
Es común acreditar a Descartes como el padre de la modernidad. En efecto: pocos historiadores de las ideas negarían que fue Descartes quien fijó la agenda de la incipiente filosofía moderna. Numerosos elementos de las célebres Meditaciones pueden ser etiquetadas con el adjetivo de “moderno”, de manera que sirvan para contrastar con tesis de corte escolástico.
Entre estos elementos se encuentran el uso radical del escepticismo como herramienta para refutar al escéptico y unir nuevamente la epistemología y la filosofía de la ciencia, estrategia que produjo una filosofía de la ciencia basada en la epistemología; y el uso del cogito como primer principio del conocimiento.
~Johan Fuentes
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